Volver a los 13 años!
Un chute de energÃa nunca está de más y quien mejor que Iru, un máquina con una ausencia total de vergüenza que nos activó ayer las pilas a todos.
El viaje en grupo por la ciudad fué como una espectación constante de como superar la acción anterior. Desde subirnos al tren de Vitoria en marcha, o trocar una botella de refresco en un eroski por un abrazo.
Sinceramente fué un gran dÃa y algo que a mi me devolió a los 13 años muy gratamente.